Los bienes sustitutivos son productos o servicios que cumplen una función similar o idéntica y pueden llegar a satisfacer la misma necesidad o deseo de los consumidores. Estos bienes compiten entre sí en el mercado, ya que los consumidores pueden optar por adquirir uno u otro en función de sus preferencias, precios o disponibilidad.
Por ejemplo, la mantequilla y la margarina son bienes sustitutivos, ya que ambos se utilizan como untadores en pan o en la cocina. Los usuarios pueden escoger uno u otro en función de su preferencia personal, precio, valor nutricional u otras características.
El concepto de bienes sustitutivos es importante para empresas y consumidores, ya que afecta a la competencia en el mercado y a las decisiones de compra. Las empresas deben tener en cuenta la existencia de bienes sustitutivos a la hora de fijar precios, desarrollar estrategias de marketing o lanzar nuevos productos al mercado. Los consumidores, por su parte, pueden aprovechar la existencia de bienes sustitutivos para comparar opciones y elegir la que mejor se adapte a sus necesidades y preferencias.
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